La XXXII Jornada Regional de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) reunió en la Ediro a especialistas y operadores locales, quienes presentaron información valiosa.
Fuente: El Diario de la República
Aunque son valores de referencia importantes, no es común encontrarlos a todos juntos y ordenados en un mismo esquema. Durante la XXXII Jornada Regional de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), presentaron el precio inmobiliario de las hectáreas en la provincia. La reunión se desarrolló en San Luis, con expositores que aportaron valiosa información para los principales operadores del rubro.
En el encuentro, que fue en el microcine de la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus (Ediro) de San Luis, no solo se habló de dólares, sino también de las características productivas que distinguen a cada área de la provincia.
Alfredo Harte, reconocido operador de Villa Mercedes y uno de los referentes locales de la CAIR, estableció las distintas áreas de San Luis con respecto a los valores inmobiliarios de las propiedades rurales.
Alejandro Vergés, de la Secretaría de San Luis Logística, habló sobre el creciente negocio de la alfalfa y la experiencia lograda con el Programa Alfazal, el cual desde hace tres años permite a los productores locales acceder a los demandantes mercados extranjeros, especialmente en Medio Oriente.
Por su parte, el especialista Rodrigo Becerra describió cómo aprovechar el potencial productivo del bosque nativo en el marco de leyes nacionales y provinciales de protección ambiental.
“La tasación de un campo no es lo mismo que un metro cuadrado en un barrio. Hay un montón de variables que deben contemplarse, que este tipo de charlas como las que tuvimos en San Luis suman al operador y lo capacitan para llegar a una tasación mucho más concienzuda”, le dijo a revista El Campo el presidente de la CAIR, Rolo Bauzá.
Junto a Harte, el resto de los referentes locales de la Cámara, Carlos García y su hijo Carlos, Verónica Pernas y Marcelo Orlando, brindaron una síntesis de las principales características de la provincia que agregan valor a los campos, como la red de autopistas y caminos asfaltados, acueductos y los 20 diques, además de las zonas con abundantes acuíferos en pleno desarrollo agropecuario.
Entre las autoridades nacionales de la CAIR, una organización que cuenta con más de 400 asociados en todo el país, estuvo el gerente de la institución, Federico Pasman.
“San Luis es una provincia que tiene muchas variables en cuanto a sus suelos y climas; el del norte no tiene nada que ver con el del sur, al igual el del este con el del oeste. Desde el este hacia el oeste la isohieta acompaña, ya que va de los 650 milímetros a los 300”, describió Harte antes de revelar los “valores orientativos” de los inmuebles rurales, según las ocho zonas y cuatro subzonas en las que dividió la totalidad del territorio provincial.
La Zona 1 abarca Beazley, Varela, Navia y La Maroma, en el oeste de la provincia, dedicada a la cría bovina, entre 100 y 220 dólares la hectárea.
La Zona 2 es un área paralela a la Zona 1 y se extiende de San Luis hacia el sur, abarcando Unión. Es un sector de cría, recría e invernada, y los valores oscilan entre los 350 a 700 dólares la hectárea.
La Zona 3a, hacia el oeste, es un área de cría, con valores de 100 a 350 dólares la hectárea.
La Zona 3b incluye los grandes acuíferos, es un área muy desarrollada y se despliega principalmente entre Quines y Candelaria, cuyos valores van de los 3 mil a 4 mil dólares la hectárea. Allí también está el sector de monte con acuífero a desarrollar, que cotiza entre los 400 y 600 dólares.
La Zona 4 se extiende sobre el Valle del Conlara, donde también está muy desarrollada la agricultura. La Zona 4a es de cría, recría y agricultura de secano, que abarca Concarán, Naschel, La Toma y El Morro, y sus valores van de los 1.500 a 3 mil dólares la hectárea. Y la Zona 4b, donde se hace agricultura con riego en pleno valle, las hectáreas cotizan entre 3 mil y 4.500 dólares.
La Zona 5a está en el área central de la provincia, es de cría, recría, invernada y agricultura de secano, abarca Juan Llerena y La Petra, donde tienen buenas lluvias y suelos, y sus valores van de los 2.500 a 4 mil dólares la hectárea.
La Zona 5b es un área de agricultura con riego en torno al dique Paso de las Carretas y el valor oscila entre los 3.500 y 3.800 dólares la hectárea.
La Zona 6a se recuesta sobre el límite con Córdoba, donde se desarrolla invernada y agricultura, y con una muy buena napa freática. Abarca Villa Mercedes, Justo Daract, La Punilla, Soven y Buena Esperanza. En este caso, los valores varían entre 1.600 y 3.200 dólares la hectárea. Específicamente aquí, la variación es muy grande, porque hay campos con médanos y otros muy buenos.
La Zona 6b contiene muy buenos caudales de agua donde se podría desarrollar agricultura con riego y que se ubica entre Nueva Escocia y Lavaisse. La hectárea tiene valores de 2.500 a 3.500 dólares.
La Zona 7 se ubica en el sur-centro-este de la provincia, donde se hace cría, recría e invernada, y abarca las localidades de Nueva Galia, Batavia, Caldenadas y Fortín El Patria, con valores que varían de los 800 a 1.500 dólares la hectárea.
La Zona 8 se ubica en el extremo sureste de la provincia, al sur de Nueva Galia y Anchorena, donde se hace cría y recría en monte, y sus valores se ubican entre los 500 y 700 dólares la hectárea.
“De una crisis ambiental a una oportunidad productiva” fue el título elegido por Vergés para describir el plan del Gobierno desplegado sobre la Cuenca El Morro, donde 250 mil hectáreas sufren la presión del desbalance hídrico de la zona.
“Surgió la posibilidad de utilizar la alfalfa como bomba de agua y porque el ambiente da para este cultivo; de la mano de esto llegó el negocio con los mercados internacionales, que hoy no tienen techo”, destacó el funcionario.
El Programa Alfazal impulsado por el Gobierno busca promover el cultivo de alfalfa como “alternativa sustentable, ambiental y económica”.
El técnico indicó que 50 kilómetros a la redonda de la Zona de Actividades Logísticas, ubicada en Villa Mercedes, es apta para la alfalfa por el tipo de suelos y la proximidad de la napa.
En la provincia, actualmente se produce alfalfa en 60 mil hectáreas, mientras que el potencial supera holgadamente el millón de hectáreas.
Vergés describió que San Luis tiene dos zonas bien definidas aptas para alfalfa, en secano con influencia de napa, se extiende desde el centro de la provincia hacia el sureste, hasta los límites con Córdoba y La Pampa, cuya superficie llega al millón de hectáreas.
La otra zona se ubica en el corredor Quines-Candelaria, donde produce bajo riego por pivot y gravitacional, y cuyo potencial asciende a 350 mil hectáreas.
Becerra es un ingeniero agrónomo que desde 2010 se dedicó a trabajar con la Ley Nacional de Bosques Nativos y desde entonces asesora sobre el aprovechamiento de campos naturales respetando la legislación nacional y provincial.
El profesional describió las reglamentaciones básicas que deben contemplarse al momento de ingresar a un campo recién comprado y cuáles son los potenciales que tienen los distintos tipo de ambientes en la provincia.
“El precio de un campo con bosque nativo está dado por el potencial que tiene; muchas veces se ven estas superficies con la idea de desmontar y convertir en suelos agrícolas, cuando en realidad se pierden bosques muy ricos”, explicó.
También advirtió que se debe tener en cuenta la sostenibilidad que tendrá la actividad en ese campo en el futuro.
Becerra explicó pormenores de la Ley de Bosques, su aplicación según las características del predio y su ubicación según los colores verde, amarillo o rojo, que establecen exigencias mínimas para desarrollar actividades productivas.
Además, habló del rolado selectivo para aprovechar los bosques en el marco de lo establecido por la legislación provincial, como también de las exigencias y beneficios locales por realizar picadas cortafuegos perimetrales.
Por otra parte, la operadora, Verónica Pernas, realizó una descripción geográfica de la provincia, sus tipos de climas, régimen de lluvias y las zonas productivas ubicadas en dos áreas bien diferenciadas: la mitad norte, donde predomina el paisaje serrano, y la mitad sur, donde domina el relieve llano.
También destacó la reserva hídrica incrementada en más de un 50% en los últimos años: “El agua para consumo agrícola, ganadero, para riego, industrial y para generación de energía es un elemento fundamental para la supervivencia, crecimiento y desarrollo de una provincia en permanente expansión. La capacidad total de almacenamiento alcanza los 470 hectómetros cúbicos”.
En ese sentido, destacó la existencia de 20 diques y una red de acueductos que en total superan los 3.900 kilómetros y que permitieron aumentar la carga ganadera hasta en rincones extremos de la provincia.
Se le suman los casi 800 kilómetros de canales para riego y las 1.550 perforaciones con las que se riegan 35 mil hectáreas.
“San Luis no solo es productora de materia prima, sino que también le da valor agregado a lo producido. A partir de 1983 comenzó una gran época de auge industrial en la provincia. Se radicaron fábricas de producción alimenticia, textil, química, siderúrgica y electrónica, entre otras”, describió Carlos García (h), también agente inmobiliario.
Actualmente, diez grandes firmas elaboran productos en San Luis con materias primas del campo que se exportan a numerosos países, recordó. La jornada contó también con datos de superficie ocupada por cultivos comerciales.